Una civilización nacida de un fémur roto
Durante las primeras semanas de este largo confinamiento llegó a nuestras manos un texto en el Blog de José Miguel Valle que nos pareció especialmente sugerente como “música de fondo” para estos tiempos. A partir de la investigación antropológica varios autores hacen referencia a un hecho, en apariencia trivial, como la rotura de un fémur para fechar el origen de lo que ellos y/o ellas consideraban como civilización. Siguiendo las palabras de José Miguel:
“Justo estos días de confinamiento y aflicción ha circulado por las redes esta misma historia, solo que puesta en boca de la antropóloga cultural y adalid del feminismo Margaret Mead (1901-1978). Mead explica que la primera señal de civilización en una cultura antigua era un fémur roto y cicatrizado. La explicación etnográfica nos lleva de nuevo a un acto de ayuda y cuidado: «Un fémur roto que cicatrizó es evidencia de que alguien tuvo tiempo para quedarse con el que cayó, trató la herida, llevó a la persona a la seguridad y cuidó de ella hasta que se recuperó». La conclusión de Mead es incontestable y debería enorgullecernos como animales humanos que somos: «Ayudar a alguien durante la dificultad es donde comienza la civilización».”
Fuente: Observatorio Vasco del Tercer Sector Social