Ser persona voluntaria no es realizar una tarea concreta dentro de una asociación…. es mucho más. Es sumarse a un proyecto global que nos interesa y colaborar en a medida de nuestras posibilidades, intereses y capacidades… y en función de las necesidades de la asociación que nos acoge.
Ser una persona voluntaria es poner un poco (o mucho) de lo que somos, sabemos y tenemos al servicio de la organización concreta con la que trabajamos. Dicho esto, todos podemos colaborar con las organizaciones de muchas formas, y siempre de mutuo acuerdo con la organización que nos acoge.
Aquí destacamos algunas de las principales tareas:
- Atención de necesidades básicas de otras personas.
- Tareas de proximidad, acompañamiento…
- Tareas de acogida, información y asesoramiento a colectivos concretos.
- Realización de actividades de tipo educativo: apoyo escolar, formativo, ocupacional, habilidades sociales…
- Realización de acciones de sensibilización y denuncia social.
- Labores de tipo administrativo, organizativo, mantenimiento, etc.
- Todo aquello que se nos ocurra en función de las habilidades propias de cada persona…